- Las luces, el brillo, el glamour... Los juegos de azar están rodeados por un aura que invita a participar en estos pasatiempos que parecen entretenidos y rentables. Sin embargo, otros los ven como una forma de hacer dinero rápido, como se refleja en las salas de juego ilegal que surgen en lo más oscuro de las grandes ciudades.
- Hemos estudiado algunas de las mayores salas de juego clandestinas de los últimos años, cómo surgieron y las repercusiones para las personas involucradas.
SALAS DE JUEGO DE SEÚL
Las leyes de juegos de azar en Corea del Sur son bastante especiales en comparación con otros países de todo el mundo. En principio, todas las actividades de juego (incluidos los casinos, las apuestas deportivas y las loterías) están prohibidas y cualquier persona que intente ganar dinero con ellas se enfrentará a las consecuencias de la policía surcoreana. Sin embargo, hay una regla extraña: se puede jugar legalmente en el distrito minero abandonado de Gangwon. Es una zona muy remota, así que no resulta extraño que sea bastante tranquila. Las principales ciudades coreanas tienen casinos, pero son solo para turistas, por eso empezaron a proliferar los circuitos clandestinos. Gangwon está a casi 250 kilómetros de Seúl, así que habría que viajar hasta el estado montañoso para echar una partida de blackjack o de ruleta.
En mayo de 2016, la Agencia de Policía Metropolitana de Seúl anunció que habían intervenido una sala de juegos de azar clandestina en la ciudad: se trataba del mayor cierre que se conocía hasta la fecha. Todo el golpe se basó en el meticuloso trabajo de incógnito de la policía, que se prolongó durante un periodo de cinco años antes de atrapar a los criminales y encarcelarlos.
Para participar en los juegos de azar, los policías lograron entrar en el círculo interno de los organizadores de la sala en el año 2011. Originalmente operaban con lo que parecían oficinas de empresas: algunos incluso tenían recepcionistas y empleados trabajando que añadían a la farsa. Sin embargo, para mantener a las salas bien escondidas, los delincuentes cambiaban de lugar cada pocos meses, en un intento de alejar a los policías de cualquier posible acercamiento que pudieran hacer. No sabían que ya estaban bajo vigilancia.
Los beneficios que daban las salas parecen descabellados. Se sabe que la sala de juegos de azar que se intervino en 2016 movía el 70 % de todo el juego ilegal en Seúl y, durante los años pico, llegó a manejar unos 12 millones de dólares diarios en apuestas. También se estima que, desde 2011, la banda había ganado 25 millones de dólares limpios . Pero no tenían como objetivo a los grandes jugadores: su clientela tendía a ser el jugador pequeño que gastaba poco en cada apuesta. Así que para ganar alrededor de 5 millones de dólares limpios al año, solo hay que imaginarse la cantidad de jugadores que entraba en esas salas a diario: era astronómica. La banda cuidaba tanto a sus clientes, que si habían perdido todo su dinero, ¡los criminales le pagaban el taxi al jugador! Un gran acto de bondad.
El golpe de la policía identificó a dos de los principales líderes de las salas de juego: Yoon, un hombre de 39 años que era el principal organizador, y su asistente Ahn, que estaba a cargo de las finanzas de la banda. Se arrestó a un total de siete personas y se acusó de violar la ley a otras 70 implicadas.
LAS OSCURAS ESTAFAS DEPORTIVAS DE ROSENTHAL
Desde comienzos de la década de 1950 hasta su muerte, a finales de 2008, Frank Rosenthal fue uno de los nombres más importantes y famosos en las apuestas deportivas y los juegos de azar. Desde temprana edad, Rosenthal estuvo involucrado en sindicatos del crimen y negocios dudosos, ya fuera para organizar partidos de baloncesto o casinos ilegales en Las Vegas.
Técnicamente hacía de todo en la industria de las apuestas deportivas. El primer contacto de Frank con los trabajos sucios llegó en las gradas de Wrigley Field, el estadio del equipo de béisbol Chicago Cubs. Era un gran aficionado de los Cubs y a menudo hacía novillos para ir a los partidos, pero no pasó mucho tiempo hasta que se vio envuelto en el negocio de la mafia. Empezó a formar parte de un sindicato de apuestas, captando a los apostadores en las gradas y trabajando con gánsteres para amañar los partidos.
Ya de joven, Frank se unió al Chicago Outfit, un grupo de italoamericanos locales conocido por causar problemas. Se centró en el sector de las apuestas y pronto se encontró gestionando el mayor círculo de apuestas ilegales del país. Su papel era usar los fondos de Cicero Home Improvement, una empresa dirigida por mafiosos, para sobornar a los jugadores para que hiciesen cualquier cosa: desde strike out, fallar un lanzamiento o lanzar a propósito a un jugador... Muchas veces en importantes partidos a nivel nacional.
Su forma de actuar adquirió tanta popularidad que llegó a oídos de las autoridades y tuvo que salir de Illinois cuando le acusaron por soborno deportivo. Un inteligente traslado a Miami hizo que desaparecieran los casos en su contra, pero no abandonó su carrera criminal. Desde su nueva base en Florida, siguió gestionando sindicatos de apuestas y llegó a ser conocido a escala nacional.
Pero Rosenthal finalmente fue citado para comparecer ante el Subcomité del juego y crimen organizado por sus acciones. Sin embargo, al estilo de la mafia clásica, se negó a cooperar con los funcionarios, alegando la quinta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (ningún ciudadano será obligado en ningún caso penal a testificar contra sí mismo) 37 veces durante los procedimientos a los que se enfrentó. Estaba tan poco dispuesto a ayudar con el caso, que ni siquiera confirmó si era o no zurdo, algo tan obvio que hasta su apodo lo revelaba: 'Lefty' ("El Zurdo"). Fue arrestado continuamente por juego sucio, pero nunca pasó nada, excepto una ocasión en la que no disputó la acusación por sobornar a un jugador de baloncesto de la universidad de Nueva York para fallar lanzamientos de forma deliberada. Era tan buscado por las autoridades que el FBI tenía un expediente de 300 páginas sobre Rosenthal.
Cuando se mudó a Las Vegas, tenía ya un nombre importante en el circuito de los juegos de azar, y los casinos se convirtieron en su siguiente aventura. Pero, por supuesto, tampoco lo hizo de manera legal: gestionó cuatro de los casinos más grandes de Las Vegas sin ni siquiera tener las licencias correctas. E incluso cuando trató de obtener la documentación pertinente, no se la concedieron debido a sus conexiones con la mafia.
Se puede decir que el viejo Frank estaba realmente en el lado oscuro de los juegos de azar, pero ni siquiera un intento de asesinato (cuando su coche fue manipulado con una bomba y explotó) pudo acabar con él.
LA REVUELTA RUSA
Después de la caída de la Unión Soviética, el juego volvió a introducirse en Rusia, produciendo enormes beneficios y creando una industria próspera valorada en 6000 millones de dólares antes de que se convirtiera en ilegal. Sin embargo, la adicción se había convertido en un problema enorme y el primer ministro Vladimir Putin tuvo que tomar papeles en el asunto. Esto funcionó hasta cierto punto, pero, por otra parte, empeoró el problema.
En julio de 2009, Rusia tomó la valiente y audaz decisión de prohibir todas las formas de juego dentro de los límites de su país ante la consternación de la nación. El gobierno dejó cuatro áreas en las que todavía se podía jugar legalmente, pero, como en Corea del Sur, estaban en zonas alejadas del país. Muchos casinos y salas de juego aún operaban después de que se aplicara la ley. Sin embargo, la corrupción era muy diferente a la de Corea.
Según las fuentes, la policía era en realidad responsable de que las salas de juego permanecieran abiertas, a menudo debido a las grandes cantidades de dinero que recibían de los propietarios a cambio de dejarlos operar y no denunciarlos. Una fuente dijo a la BBC que:
"Un funcionario de la policía se acercó a nosotros y nos dijo que por 400 000 dólares al mes podíamos seguir abiertos"
Los circuitos clandestinos son cada vez más populares en las ciudades más grandes de Rusia, como Moscú y San Petersburgo (donde la nueva legislación se aplica con más dureza), pero se sabe que en las zonas más remotas no ha cambiado mucho. El juego sigue siendo abundante, pero la corrupción lo es más. Solo fue cuestión de meses que las salas de juego ilegales renaciesen de sus cenizas después de que la ley se introdujera, según fuentes del sector de los casinos (ya sea casino online o presencial). Sin embargo, no todo ha sido en vano en la batalla de Rusia contra el lado oscuro de los juegos de azar..
En 2010, el coronel Oleg Bolderov, miembro del Departamento de Crímenes Económicos de la policía rusa, comentó que las autoridades han tomado una postura seria contra las salas de juego, interviniendo 70 casinos y más de 4000 máquinas tragaperras en los seis primeros meses de entrada en vigor de la ley. Se estima que 600 jugadores ilegales fueron llevados ante la justicia por las autoridades.
Los cierres no consistían solo en una nota en la puerta y una advertencia tranquila para que los jugadores salieran. La policía rusa bombardeó las salas ilegales con armas automáticas: equipos capaces de desmantelar la sala y causar daños reales. Bolderov también comentó que la batalla se estaba complicando debido a los funcionarios corruptos, que estaban dejando a los criminales seguir con el juego.
APUESTAS EN EE. UU EN 2016
La más reciente de nuestras historias nos lleva hasta 2016: una sala de juego en los EE. UU. con un valor de 1000 millones en apuestas y juegos de casino ilegales. Los cuatro jinetes del apocalipsis de las apuestas ilegales (Arthur Rossi, de 66 años; Claude Ferguson, de 43 años; Joseph Schneider, de 39 años; y Gordon Mitchnick, de 58 años) tenían su base en el estado de Nueva York y California y empleaban un equipo en el extranjero, en Costa Rica, para procesar las enormes sumas de dinero que pasaban a través de sus cuentas diariamente.
Gordon Mitchnick fue considerado el líder de la banda y se le acusó de comprar más de 20 propiedades en el distrito de Brooklyn, Nueva York, para lavar el dinero. Claude Ferguson fue acusado de lavar 50 000 dólares por vuelo y esconder el dinero en maletines cuando viajaba entre ciudades. El secreto de sus éxitos fueron los sitios web protegidos por contraseña, donde los clientes tenían que introducir combinaciones específicas de palabras y números para acceder a juegos ilegales.
Según los informes, el sindicato estaba pagando cuotas de 200 000 dólares al mes a su equipo con sede en San José, Costa Rica, en el momento de mayor auge, solo por el mantenimiento de los sitios y por tener el dinero bien escondido de las autoridades estadounidenses.
Se cree que durante la temporada 2015 de la NFL, 927 millones de dólares en apuestas pasaron por el circuito ilegal, es decir, ¡3,6 millones por cada partido jugado a lo largo de toda la temporada! También fueron capturados manipulando los me gusta del blackjack y póker en el sitio web.
Todavía falta por conocer cuáles serán las penas que estos hombres tendrán que cumplir, y se esperan nuevas detenciones en relación al caso.
Algunos consideran el juego como una forma de divertirse y un gran pasatiempo, pero otros lo ven como la manera perfecta de infringir la ley. Las historias anteriores implicaban enormes sumas de dinero, pero la mayor parte de las veces, la ley vencerá y el criminal recibirá su merecido.
Más artículos de Ketty Fisher: